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Ibahernando

Esta localidad cacereña se encuentra en la vertiente norte de la Sierra de Montánchez. Entre sus cerros destacan el cerro de Astorgano y el cerro de Tomillar. El término municipal de Ibahernando está bañado por los arroyos Dehesa, Colmenarejo, Tejadillo y Canchales. Su formación vegetal está caracterizada por el alcornoque, la encina y el matorral.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Volver a Casa

Volver a Casa

de IBAHERNANDO, el Sábado, 18 de diciembre de 2010 a las 14:13
Para Nosotros , hace veinte o treinta  años, Extremadura no era esa región desmesurada que acogen los mapas;de hecho, apenas la conociamos (ni el verdor milagroso del valle del jerte, ni la miseria sin remisión de las Hurdes, ni el agua infinita de Monfragüe , ni los campos fertíisimos de Tierra de Barros, ni las ciudades laboriosas y prósperas que se hunden hacia el sur) y por supuesto ignorábamos que una cosa es Badajoz, razonablemente andaluza y burguesa e industriosa, y otra cosa áceres, testarudamente castellana, con su aire orgulloso y un poco anacrónico de hidalgo venido a menos. No: para nosotrosExtremadura era Ibahernando e Ibahernandera el mundo.
Por las Calles de Ibahernando


Asi que volviamos puntualmente al mundo cada verano. Eran viajes eternos por carreteras de pesadilla, reblandecidas por el calor de agosto y abarrotadas por los miles de extremeños y andaluces y murcianos que, más o menos cuando nosotros, habian salido de casa y ahora, durante unas semanas, volvían a ella. En el coche sonaban casi siempre los Tres Sudamericanos, quienes al parecer tambien habian echo las maletas, porque cantaban  " Cuando sali de Cuba,/ dejjé mi vida, dejé mi amor,/ cuando sali de Cuba, dejé enterrado mi corazon." Y tambien: " Nunca podré morirme,/ mi corazón no lo tengo aqui". Al llegar al pueblo, mientras recorriamos una avenida olorosa de eucaliptus que ya no existe y dejábamos a la izquierda la laguna y el cementerio, cada año nos embargaba una sensacion idéntica y cada vez mas acusada, a medio camino entre la gratitud de reconocer los olores y los colores y las cosas y hasta los rostros familiares, y la extrañeza de advertir como un ultraje que ni los rostros ni las cosas ni los colores ni los olores eran del todo los mismos del año anterior, y solo entonces comprendiamos sin palabras que cada vez que llegábamos a casa nos alejábamos un poco mas de ella
foto y composicion : Joaquin Moreno Tirado
Texto de: Javier Cercas Mena
Libro : Ibahernando   , Raices de un Pueblo           ASOCIACION CULTURAL VIVAHERNANDO

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